Blog de la asignatura Sistema Económico Mundial 2010/2011

lunes, 7 de febrero de 2011

Los idiotas, Lars von Trier

‘Los idiotas’ de Lars von Trier: ¿genialidad o bobada?
Los idiotas es la segunda película del conocido movimiento Dogma 95 del cual forma parte Lars Von Trier. Como resulta bastante común en el director danés, juega con la polémica. Los actores de este film juegan con total libertad, bajo cierta orden, con los límites de la idiotez humana, a través de “performances” con los cuales pretenden enfrentarse a las convenciones sociales. Para muchas personas puede resultar estúpida, horrible, e incluso estúpidamente horrible así como horriblemente estúpida. En cualquier caso, y bajo mi punto de vista personal, es una película que no mueve a la indiferencia. El intento del director es de clara provocación, pues abunda la explicites en todos sus términos y en todos los aspectos.
Cuando terminé de verla no sabía muy bien qué pensar ni qué sentir. Más allá de la consideración personal que pueda tener del director danés, mi experiencia personal con esta película es de odio y de confusión a la vez. Pura contradicción.  Me resulta detestable la manera en que trata un tema tan sensible como es la deficiencia psíquica de las personas, pero al mismo tiempo no puedo evitar sentir cierta atracción por la manera en que lo hizo y por haber tratado dicho tema, que en ocasiones resulta tabú, de la manera en que lo hizo. Mucha frialdad.
En fin, esto no es más que una simple opinión personal, y una simple invitación a verla para todos aquellos que quieran realizar una crítica y una reflexión moral al respecto.

Teoria del desarollo capitalista. P. M. Sweezy

Sweezy trata la economía política a través de unos conceptos del lenguaje corriente, sobre los que se extrae el contenido social, dando como resultado categorías universales que se aplican a toda clase de sistemas económicos.  A través de este texto, el autor elabora una crítica hacia los economista políticos, destacando, a su vez, los rasgos que según él merecen de mayor importancia en la teoría marxista. La sociedad es un conjunto de individuos, quienes a su vez, la componen a través de las relaciones que se dan entre ellos.
Contando con que la economía política se basa en el campo de la producción y distribución de mercancías y servicios que las personas necesitan, se extrae la conclusión de la necesidad del estudio por parte de esta empresa de las relaciones sociales de distribución y producción.  Aunque Sweezy no se muestra realmente del todo a favor con esta definición como ciencia de las relaciones sociales.

Sería un error concluir que el economista moderno no tiene ningún interés en las relaciones sociales de producción. Por el contrario está empeñado en investigaciones de carácter manifiestamente social. Es claro que aplicando o utilizando el aparato conceptual de la teoría económica se tropieza inevitablemente con las relaciones sociales, y es preciso ponerlas a discusión. Lo importante es subrayar que la construcción de este aparato conceptual está proyectada para superar cualquier juego particular de relaciones sociales.  La exposición de la teoría económica es principalmente un proceso de construcción e interrelación de conceptos que han sido despojados de todo contenido específicamente social. En la aplicación real el elemento social puede ser introducido por medio de exposiciones ad hoc, que especifican el campo de la aplicación.
El término salario se toma del lenguaje corriente en el cual significa cantidades de dinero pagadas a intervalos cortos, por un patrono a sus obreros asalariados. La teoría económica, sin embargo, ha vaciado este contenido social y ha redefinido la palabra como el producto, ya se exprese en valor o en términos físico, que es imputable a la actividad humana empeñada en un proceso productivo en general. El salario se convierte en una categoría universal de vida económica en vez de una categoría adecuada a una forma histórica particular de la sociedad. Aunque esta visión dista bastante de la que da la economía política, la cual ha vaciado el contenido social el concepto, redefiniéndolo como el producto que es imputable a la actividad humana empeñada en un proceso productivo en general. Los economistas buscan que el salario tome realmente la forma de dinero, y de esta forma, a la relación entre patronos y obreros se exprese en el pago real del salario.

Estudiando a Marx, Sweezy señala que éste era partidario del método abstracto-deductivo. Aceptaba y practicaba lo que los teóricos modernos han llamado el método de las “aproximaciones sucesivas”, consistentes en avanzar paso a paso de lo más abstracto a lo más concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación, de modo que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez más basta de fenómenos reales.
Sin embargo, las diferencias entre Marx y los representantes de la tradición clásica y neoclásica son notorias- el principio de la abstracción es por sí mismo incapaz de rendir conocimiento, las dificultades estriban en la manera de aplicarlo.
De esta manera, Marx utiliza el método de las aproximaciones sucesivas en su uso de la abstracción, el cual consiste en pasar de los abstractos a lo concreto, consiguiendo que la teoría pueda explicar poco a poco mayor amplitud de fenómenos.

La importancia de la abstracción radica en la forma en que se lleva a cabo. Sweezy señala que lo que se debe hacer es plantear dos preguntas: ¿qué problema se examina? Y ¿cuáles son los elementos esenciales de la misma? Estas son un claro ejemplo de las diferencias que se pueden encontrar entre un economista político y Marx.

Por otro lado, la principal preocupación en Marx era la sociedad en su conjunto, y sobre todo, el proceso del cambio social. La Economía Política, es importante porque en su esfera es donde el ímpetu del cambio social ha de encontrarse. Marx intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social. Una vez señalada la clave del cambio social en los movimientos del modo de producción, Marx se dedicó a un estudio completo de la economía política desde el punto de vista de las leyes que rigen los cambios en el modo de producción. A su vez, tuvo muy presente aquellos elementos del pensamiento de Hegel que hacía énfasis en el proceso y el desarrollo a través del conflicto entre fuerzas opuestas o contradictorias- a Diferencia de Hegel, él descubrió que los conflictos históricos decisivos eran lo que llamó como conflictos de clase. De aquí se sigue, que las relaciones económicas esenciales son aquellas que están debajo y se expresan en la forma de conflictos de clase, elementos esenciales que deben ser aislados y analizados por el método de abstracción.
Muchos economistas clásicos también mostraban interés en las raíces económicas de los conflictos de clase, aunque el antagonismo social que ocupaba mayor parte de su atención era el conflicto entre capitalistas industriales y terratenientes. Aunque Marx negaba este punto, diciendo que eran los capitalistas junto con los obreros quienes llevaban a cabo la relación económica principal.
Capital-trabajo es una relación de cambio en la que el capitalista compra la fuerza del trabajo del obrero, y éste recibe a cambio dinero. Partiendo de un análisis del cambio, en el primer volumen del Capital, Marx recoge que lo que se destina al cambio se constituye como mercancía, y su análisis supondrá un análisis de la relación de cambio, así como un análisis del dinero. En los capítulos II y III considera factores omitidos en el volumen anterior: el disminuir los niveles de abstracción.
Marx considera que las relaciones sociales se conciben bajo la lógica del cambio, siendo la realidad social un proceso histórico, no mecánico, fruto de la acción humana. De esta manera la sociedad cambia, y puede ser cambiada. Este planteamiento formula la adopción de un punto de vista crítico ante toda forma de sociedad.

Un rasgo de los pensadores no marxista es, para Sweezy, la capacidad de realizar un análisis crítico de sistemas sociales y económicos anteriores, pero asumiendo el riesgo de encontrarse y enfrentarse a serias dificultades ante la adopción de este mismo punto de vista hacia el sistema económico y social contemporáneo.

Mi experiencia personal.

Cursar esta asignatura fue todo un reto. Por primera vez en cuatro años una de las principales herramientas de trabajo era la creación, y por tanto, uso de un blog. Nunca antes había tenido un espacio propio en blanco en el cual plasmar mis conocimientos, opiniones, o experiencias personales sobre cualquier cosa. Y, como todo en esta vida, todo lo nuevo y desconocido aterra. Sin embargo, resultó muy interesante tener tan a nuestro alcance la posibilidad de descubrir opiniones nuevas en los blogs de los compañeros, tener seguidores, dejar comentarios, etc. Y superar, poco a poco, esa timidez que algunos tenemos.

Personalmente, referido a todo trabajo en grupo, siempre suelo tener una opinión bastante negativa. No soy partidaria de formar grupos muy grandes de trabajo, pues, como se sabe, resulta dificil llegar a un consenso entre todas las partes, y que, por tanto, todas las partes rindan por igual. Más allá de toda dificultad propia de la vida del estudiante, puedo decir, que me quedo con un buen sabor de boca respecto a mi trabajo grupal. Fue todo un reto, ya que el tema que habíamos decidido estudiar, La China capitalista, resultó  muy complejo. Hay mucha información pero fuentes muy poco claras. Y en más de una ocasión no sabía muy bien qué pensar y desde qué perspectiva observar este inmenso país. 
El resto de exposiciones me parecieron muy interesantes, unas más que otras, por supuesto. Sin embargo, siempre es agradable aprender de nuestros compañeros y aplaudirles, independientemente de como les haya ido en la exposición, por todo su esfuerzo.
Sin duda aprendimos mucho. Tanto del profesor, como de nosotros y entre nosotros. 
Al final terminamos encariñándonos, y terminaremos echando de menos esto del blog!!!!!!  



Ciencia y método, Roberto Carballo

Plantearse el significado y los objetivos perseguidos por la ciencia puede ser una construcción personal que intenta explicitar la experiencia personal y las investigaciones. Tal y como dijo Einstein “la ciencia como fin que debe ser perseguido es algo tan subjetivo y condicionado psicológicamente como cualquier otro aspecto del esfuerzo humano, de modo que la pregunta ¿cuál es el objetivo y el significado de la ciencia? Recibe respuestas diferentes en diferentes épocas y de diferentes grupos de personas”. La ciencia es una actividad humana y social, cuyos éxitos en la compresión de la Naturaleza han permitido al hombre acercarse al conocimiento de sus límites y desarrollar en el un sentimiento de prepotencia y de fe en las realizaciones humanas.  La ciencia es, a su vez, cada vez más consciente de su humanidad. Su objeto y métodos están basados en el más acentrado de los relativismos. Y ya que “no se puede explicar nada en sentido profundo”, citando a Hull, de ahí su carácter histórico, esto es, las leyes y teorías científicas siempre provisionales y limitadas en el tiempo y en el espacio.
Hoy en día la ciencia es utilizada como instrumento de dominaciones social. Su organización interna está aislada de la generalidad social y básicamente al servicio del poder de una minoría. En este sentido, el cuerpo científico es, en general reaccionario al cambio de paradigma, pero también, cuando los científicos explicitan sus descubrimientos lo hacen, primero en un lenguaje no-universal, incomprensible para la mayoría de los hombres, y segundo, casi nunca explican su método de trabajo.
Tomando como base su metodología en constante restructuración, la ciencia pretende escribir y/o explicar la Naturaleza, con el objetivo último de servir de base para la acción progresiva que conduzca al hombre al ideal de libertad. Los criterios de demarcación conducen, en general, a formas dogmáticas de concepción de la ciencia. Tal vez, sea necesaria una definición abierta de la ciencia que incida, en las notas de consciencia, sistematización y autolimitación, como base para alcanzar el objetivo de llegar a ofrecer una explicación de la Naturaleza. En la actualidad, se afianza cada vez más la convicción de que no existen “ciencias”, sino “teorías científicas” que constituyen una totalidad que es la ciencia en cada momento histórico. En todo caso, y para sintetizar, la ciencia puede ser entendida como vida, en cuanto es un intento sistemático y acumulativo de la Naturaleza y base del progreso del hombre, y como muerte, en tanto absorbe y canaliza esa compresión como aparato burocrático de dominación, derivando en un culto cuasi-religioso que cumple una función de cohesión social necesaria para reproducir el sistema de dominación del hombre sobre el hombre, en que está basada la sociedad actual, culto que hoy alimentan derechas e izquierdas, hacia ese supuesto e idílico reino de la libertas, tierra prometida que al parecer será monárquica.
Siguiendo a Sacristán podemos aceptar que una concepción del mundo es un saber en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Pero estas “afirmaciones acerca del mundo físico y de la vida y esos códigos de estimación de conducta” derivan de las distintas formas de entender el mundo, y una de ellas, la mas sistemática quizás, es la científica. Por otra parte, esos principios tienen un carácter de inspiradores de la investigación, de criterio guía de lo que se investiga. Consecuentemente la disección y separación entre concepción del mundo como un no-saber y ciencia como conocimiento, es más un esfuerzo analítico y teórico que un problema real. El objetivo final de la ciencia, pues, también constituyen una concepción del mundo, ya que se nutre de los sistemas de ideas vigentes para construirse.
Se puede afirmar que en la ciencia lo importante es el método. Los resultados de la ciencia, su visión presente de cada parcela de la realidad, no son más que un esquema provisional, una verdad relativa. El método científico no sólo nos ofrece la posibilidad de un esquema en un momento dado, sino, asimismo, los instrumentos para poder sustituirlo por el esquema sucesivo, es decir, en su proceso permanente de reelaboración, el método es la base acumulativa en la que se asienta el desarrollo científico, aún en las fases revolucionarias, en los saltos históricos, que en realidad derivan mediatamente de su propio proceso de restructuración. En otro orden de cosas, la operatividad del método científico estriba en que habrá que reflejar la forma de movimiento de lo real, y tal objetivo no es más que el de la ciencia como búsqueda de la verdad. Por tanto, la ciencia asienta su desarrollo sobre la base de un método en constante proceso de transformación.
Pero el método tampoco es ajeno a la ideología, sino que esta, tal y como dijo Schumpeter ”tiene amplias puertas para penetrar en el proceso científico". Desde la etapa pre-analítica hasta la refutación o falsación popperiana, la ideología impregna todas las etapas de la investigación y todas las formas expositivas a ella ajenas.
Actualmente se aceptan cuatro etapas de investigación: descripción, clasificación, explicación y verificación, utilizándose alternativamente tres modos de inferencia: deductivo, inductivo o inductivo-probabilístico y reductivo. La ruptura de este consenso, se centra fundamentalmente en el énfasis concedido a cada fase en relación con las demás, lo que da lugar a las distintas corrientes metodológicas y que, en gran parte, deriva del distinto objeto de estudio de cada parcela de la ciencia.
La investigación abarca todo el proceso del conocimiento científico, la exposición solo es posible cuando culminamos la primera etapa de investigación. Esta consistirá sencillamente en el proceso dialéctico que, partiendo de una formulación teórica del problema y de sus coordenadas teórico prácticas, permita la realización de un análisis empírico de la realidad objetiva que nos conduzca ala formulación de una hipótesis que explique la totalidad de los hechos de forma lógica y coherente. Sólo después de superar esta labor será posible llegar a exponer científicamente, al tiempo que los procesos deductivo-inductivos interrelacionados, la lógica y  la contrastación nos permiten reformular la hipótesis primaria, enriquecerla y acercarla a una explicación más científica de la realidad objeto de estudio, es decir, prosigue la investigación en su segunda etapa, en la que ya es compatible con la exposición.  

sábado, 5 de febrero de 2011

¿Qué es una concepción del mundo? M, Sacristán.

Una concepción del mundo no es un saber, no es un conocimiento en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto. Ver casi como hechos de la naturaleza particularidades de las relaciones entre hombres, una parte de la de la consciencia de la vida cotidiana puede interpretarse en términos de principios o creencias muchas veces implícitas, -inconsistentes- en el sujeto que obra o reacciona. Tales principios, con frecuencia están explícitos en la cultura de la sociedad en que vive. Dicha cultura contiene por lo común un  conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo físico y de la vida- la parte contemplativa de esta concepción del mundo está íntimamente relacionada con la parte práctica, la existencia o inexistencia de un principio ideal o espiritual que sea causa del mundo.
La existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo en la cultura de una sociedad no permite averiguar cuál es la concepción del mundo realmente activa en esa sociedad, ya que el carácter de sobreestructura que tiene la concepción del mundo no consiste en ser un mecánico reflejo, ingenuo y directo de la realidad social y natural vivida.
Para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva, basta con atender a los aspectos formales de ambas. Las concepciones del mundo suelen presentar unas puntas muy concentradas y consistentes en forma de sistema filosófico en culturas de tradición grecorromanas. Esta segunda forma fue muy característica hasta el siglo XIX. La filosofía sistémica se vio arrebatar un campo temático tras otro por las ciencias positivas, y acabó por intentar salvar su sustantividad en un repertorio de supuestas verdades superiores a las de toda ciencia. En los casos más ambiciosos, la filosofía sistemática presenta más o menos abiertamente la pretensión de dar de sí por razonamiento el contenido de las ciencias positivas. En este caso, la concepción del mundo quiere ser un saber, conocimiento real del mundo, con la misma positividad que el de la ciencia. Esta pretensión puede considerarse definitivamente fracasada hacia mediados del siglo xix, precisamente con la disgregación del más ambicioso sistema filosófico de la historia, el de Hegel. La causa principal de su caducación. Es la definitiva y consciente constitución del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna. Este es un conocimiento que se caracteriza formalmente por su intersubjetividad y por su capacidad de posibilitar previsiones exactas. Que un conocimiento es intersubjetivo quiere decir que todas las personas adecuadamente preparadas entienden su formulación del mismo modo. Las tesis de la vieja filosofía sistémica, de los dogmas religiosos y de las concepciones del mundo carecen de esos rasgos, y como esos rasgos dan al hombre una seguridad y un rendimiento considerables, el conocimiento que los posee va destronando a la filosofía sistemática tradicional.
El que las concepciones del mundo carezcan de aquellos dos rasgos característicos del conocimiento positivo no es cosa accidental y eliminable, sino necesaria: se debe a que la concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los métodos decisorios del conocimiento positivo, que son la verificación o falsación empíricas y la argumentaciones analítica (deductiva o inductiva-probabilitaria). Lo cual no quiere decir que el conocimiento positivo y sobre todo las metodologías no abonen una determinada concepción del mundo más que otra, pero abonar, no es lo mismo que probar en sentido positivo.
Estos rasgos de la situación permiten plantear correctamente la cuestión de las relaciones entre concepción del mundo y conocimiento científico-positivo. Una concepción del mundo que tome a la ciencia como único cuerpo de conocimiento real se encuentra visiblemente por delante y por detrás de la investigación positiva. Por delante como visión general de la realidad, la concepción del mundo inspira, motiva la investigación positiva misma. Esto vale independientemente de que la ideología dominante en la sociedad haga profesar al científico, cuando no está investigando, una concepción dualista del mundo. La inspiración de la investigación que tiene la concepción del mundo se produce constantemente, todo a lo largo de la investigación, en combinación con las necesidades internas, dialectico-formales, de ésta.

La “concepción materialista y dialéctica del mundo”, está movida por la aspiración a terminar con la obnulacion de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados. De estos se desprende que es una concepción del mundo explícita. La liberación de la consciencia presupone la liberación de la práctica, de las manos. La concepción marxista del mundo no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo. El nuevo materialismo, escribe Engels en el Anti Dühring, no es una filosofía, sino una simple concepción del mundo, que tiene que sostenerse y actuarse en las ciencias reales. En él queda superada la filosofía, es decir, tanto superada cuanto preservada: superada en cuanto a su forma, preservada en cuanto a su contenido real.

Esta concisa y expresiva formulación de Engels, supone la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y sus resultados. Primero, recusación de toda filosofía sistemática: no hay conocimiento “aparte” por encima del positivo. Segundo, puesto que su ponto de partida y de llegada es la “ciencia real”, esa concepción del mundo no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma. Esta motivación es lo que se puede llamar “inmanentismo”, el principio de que la explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo y no es instancias ajenas o superiores al mundo. Este principio está en la base del hacer científico, el cual perdería todo sentido, si en un momento dado tuviera que admitir la acción de causas no-naturales. En este postulado de inmanentismo, definidor de la posibilidad del conocimiento científico, se basa de la concepción marxista del mundo. El materialismo es lo primero en el marxismo incluso históricamente. Pero el materialismo no es uno uno de los principios fundamentales de lo que Engels llama “concepción comunista del mundo”. El otro es el principio de la dialectica. Este se inspira no tanto en el hacer científico-positivo, cuanto en las limitaciones del mismo.
La ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. Su eliminación de factores irracionales en la explicación del mundo procede a través de una reducción analítica de las formaciones complejas y cualitativamente determinadas a factores menos complejos y más homogéneos cualitativamente, como tendencia a una reducción tan extrema que el aspecto cualitativo pierde toda relevancia. El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene incluso a obviar conceptos con contenido cualitativo, para limitarse en lo esencial al manejo de relaciones cuantitativas o al menos, naturalmente vacías, formales.
El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene regularmente éxito. Es un éxito descomponible en dos aspectos: la reducción de fenómenos complejos a nociones más elementales, más homogéneas, y desprovistas de connotaciones cualitativas, que permite penetrar muy material y eficazmente en la realidad, porque posibilita a la larga la formación de conceptos más adecuados.
Pero justamente por basarse en un análisis reductivo que prescinde, por abstracción, de la peculiaridad cualitativa de los fenómenos complejos analizados y reducidos, los conceptos de la ciencia en sentido estrictos, son invariablemente, conceptos generales cuyo lugar está en enunciados no menos generales, leyes. Con ese conocimiento se pierde una parte de lo concreto: precisamente la parte decisiva para la individualización de los objetos. Y esto es así por el presupuesto definidor de la metodología analítico-reductiva.
Los “todos” concretos y complejos no aparecen en el universo del discurso de la ciencia positiva, aunque ésta suministra todos los elementos de confianza para una compresión racional de los mismos. Lo que no suministra es su totalidad, su consistencia concreta. Pues bien, en el campo o ámbitos de relevancia del pensamiento dialectico es precisamente el de las totalidades concretas. Hegel ha expresado en su lenguaje poético esta motivación al decir que la verdad es el todo.
La concepción del mundo tiene por fuerza que dar de sí una determinada comprensión de las totalidades concretas. Pues la práctica humana no se enfrenta sólo con la necesidad de penetrar analítico-reductivamente en la realidad, sino también con la de tratar y entender las concreciones reales, aquello que la ciencia positiva no puede recoger.
Según esto, la tarea de una dialéctica materialista consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materialistas del análisis reductivo, concibiendo la cualidad que pierde el análisis reductivo como resultado nuevo  de la estructuración de éstos en la formación individual o concreta en los “todos naturales”. Pero la palabra “análisis” no tiene aquí el mismo sentido que en la ciencia positiva. El análisis marxista se propone entender la individual situación concreta, sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción y el análisis reductivo científicos.
Con esto parece quedar claro cuál es el nivel o el universo del discurso en el cual tiene realmente sentido hablar de pensamiento o análisis dialectico: es a nivel de la compresión de las concreciones o totalidades, no al del análisis reductivo de la ciencia positiva. Concreciones o totalidades son ante todo los individuos vivientes, y las particulares formaciones históricas, las situaciones concretas de las que habla Lenin, los presentes históricos localmente delimitados. Y también en un sentido más vacío, el universo como totalidad que no puede pensarse, como es obvio, no es términos de análisis científico-positivo, sino dialécticamente, sobre la base de los resultados de dichos análisis.

domingo, 30 de enero de 2011

Salarios obscenos
CARLOS DE FRANCISCO - Madrid - 30/01/2011 . El País
Hace unos días aparecía la noticia de que el más alto directivo de un banco español había ganado en 2010 algo más de cinco millones de euros. Esto es solo una muestra, pues hay algún otro que se embolsa alrededor de los 12 millones. Si en tiempos podemos decir normales son cifras ya de escándalo, en los actuales de profunda crisis, con buena parte de la población pasando notables apuros no ya por llegar a fin de mes, sino en el día a día, resultan absolutamente obscenos. Además, se desconocen los méritos de tales afortunados, pues sus entradas y salidas no producen ningún movimiento significativo en la marcha de las entidades que formalmente gestionan sin ser propietarios. Poco a poco el mundo occidental se va acercando al llamado Tercer Mundo, donde un puñado de familias manejan a su antojo la economía y la política del país sin apenas pagar impuestos. En los años setenta, las diferencias salariales en empresas de primera línea como bancos o energéticas podían llegar de 1 a 30 entre el mínimo y el máximo sueldo en la misma compañía. Hoy esas diferencias llegan a quinientas veces o incluso más. Ya sabemos lo que está pasando en el Tercer Mundo, pero, por favor, ya que somos incapaces de reducir esas obscenidades tengamos el decoro de taparlas. Pero, claro, la riqueza hay que alardearla y restregarla en la cara del sufrido ciudadano. Calladamente no tiene gracia.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Salarios/obscenos/elpepiopi/20110130elpepiopi_9/Tes

miércoles, 26 de enero de 2011

Exposiciones

Esquemas entregados por nuestros compañeros durante la exposición.

Crisis y juventud.
Una crisis económica hace referencia a un periodo de escasez en la producción, comercialización y consumo de productos y servicios. La economía es cíclica: combina etapas de expansión con fases de contracción. Estas fluctuaciones sucesivas se conocen como ciclo económico. Las cuatro grandes fases de un ciclo económico son el ascenso, el descenso, la recesión y la reactivación. La crisis económica tiene lugar en algún momento del descenso. Puede tratarse de una crisis generalizada, con caída de todos los índices, o de crisis que afectan en especial a ciertos sectores.
La crisis afecta indudablemente a la juventud en sus diversas ramas: empleo, educación, vivienda y ocio.

La industria armamentística.
Dentro del código de conducta de la UE, España no cumple estrictamente dicho código, ya que un 30% de los países de destino a los cuales exporta armas incumplen los criterios supuestamente establecidos y de carácter obligatorio cumplir.
Evidentemente sin el apoyo de las entidades financieras este mercado no prodía funcionar. Estas pasan a formar, por tanto, parte del tejido complejo militar-industrial. Las principales empresas bancarias invierten millones de dólares en la producción de bombas de racimo, siendo muchas de estas parte de países que han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo.
La venta de armas de las 100 empresas productoras de armamento más grandes del mundo en el 2005 alcanzaron un valor estimado en 290 mil millones de dólares. Entre 2004 y 2005, 6 empresas incrementaron sus ventas de armas en más de 1000 millones de dólares y 19 compañías aumentaron sus ventas en armas en más de un 30%. La media entre 2004 y 2008 ha sido un 21% mayor que en los cuatro años anteriores.
En España el gasto militar ascendió a 18.300 millones de dólares, lo que supone un incremento del 34.4% respecto del 2000. Los gastos en investigación, desarrollo en innovación (I+D+i) militar fueron de 1.163 millones de Euros en el pasado 2010. España se ha convertido en el sexto exportador de armamento del Mundo, por delante incluso de China o Israel, aumentando un 53% la venta de armamento pesado y un 64.5% la venta de armamento ligero.

Educación universitaria y mercado laboral.
En España, el mercado laboral sufre una disminución de la problacion activa, así como una importante segmentación del mercado laboral. Esto provoca que el sistema productivo español pueda dejar de ser competitivo, debido a la escasez de recursos productivos. La segmentación del mercado de trabajo es un problema muy grave que provoca la existencia de altas tasas de desempleo y de ofertas de trabajo insatisfechas. En los últimos años la sociedad se ha preguntado si se está produciendo una sobre-oferta de graduados en relación a las demandas del mercado de trabajo, si los estudiantes reciben una formación adecuada, si los jóvenes adquieren capacidades y habilidades para desempeñar los roles que exige el mundo laboral… los sistemas nacionales de educación superior, así como ocurre en otras partes del mundo, continúan expandiéndose. Este tipo de enseñanza ha dejado de ser un lujo único de cierta minoría y actualmente cualquier persona puede acceder a ella. Debido al crecimiento evolutivo de los titulados universitarios, nos interesa saber cómo ha reaccionado el mercado laboral a este aumento de la oferta de trabajo y de si ha sabido adaptarse a ella adecuadamente. También nos resulta interesante saber si los cambios en el perfil de los trabajadores y el cambio de los tipo de trabajo que demanda el mercado laboral produce un cambio en el tipo de enseñanza que se da en la universidad. Como estudiantes universitarios y futuros sociólogos, este no deja de ser un tema muy relevante, justamente por la crisis actual que se padece en el mercado y a la adaptación de la enseñanza universitaria en otros países. Nuestro futuro laboral, justamente como sociólogos, es desconocida por la mayor parte de la sociedad y diversos empresarios. Se desconoce qué labores desempeñan los titulados, lo que provoca que cierto rechazo, ante la idea de una titulación poco útil, y que en ocasiones es confundida por labores que realizan psicólogos o antropólogos. La realidad dista mucho, puesto que es una carrera que incluye un conocimiento muy amplio y rico en materia de sociedad, economía, política, religión, historia…