Blog de la asignatura Sistema Económico Mundial 2010/2011

lunes, 7 de febrero de 2011

Ciencia y método, Roberto Carballo

Plantearse el significado y los objetivos perseguidos por la ciencia puede ser una construcción personal que intenta explicitar la experiencia personal y las investigaciones. Tal y como dijo Einstein “la ciencia como fin que debe ser perseguido es algo tan subjetivo y condicionado psicológicamente como cualquier otro aspecto del esfuerzo humano, de modo que la pregunta ¿cuál es el objetivo y el significado de la ciencia? Recibe respuestas diferentes en diferentes épocas y de diferentes grupos de personas”. La ciencia es una actividad humana y social, cuyos éxitos en la compresión de la Naturaleza han permitido al hombre acercarse al conocimiento de sus límites y desarrollar en el un sentimiento de prepotencia y de fe en las realizaciones humanas.  La ciencia es, a su vez, cada vez más consciente de su humanidad. Su objeto y métodos están basados en el más acentrado de los relativismos. Y ya que “no se puede explicar nada en sentido profundo”, citando a Hull, de ahí su carácter histórico, esto es, las leyes y teorías científicas siempre provisionales y limitadas en el tiempo y en el espacio.
Hoy en día la ciencia es utilizada como instrumento de dominaciones social. Su organización interna está aislada de la generalidad social y básicamente al servicio del poder de una minoría. En este sentido, el cuerpo científico es, en general reaccionario al cambio de paradigma, pero también, cuando los científicos explicitan sus descubrimientos lo hacen, primero en un lenguaje no-universal, incomprensible para la mayoría de los hombres, y segundo, casi nunca explican su método de trabajo.
Tomando como base su metodología en constante restructuración, la ciencia pretende escribir y/o explicar la Naturaleza, con el objetivo último de servir de base para la acción progresiva que conduzca al hombre al ideal de libertad. Los criterios de demarcación conducen, en general, a formas dogmáticas de concepción de la ciencia. Tal vez, sea necesaria una definición abierta de la ciencia que incida, en las notas de consciencia, sistematización y autolimitación, como base para alcanzar el objetivo de llegar a ofrecer una explicación de la Naturaleza. En la actualidad, se afianza cada vez más la convicción de que no existen “ciencias”, sino “teorías científicas” que constituyen una totalidad que es la ciencia en cada momento histórico. En todo caso, y para sintetizar, la ciencia puede ser entendida como vida, en cuanto es un intento sistemático y acumulativo de la Naturaleza y base del progreso del hombre, y como muerte, en tanto absorbe y canaliza esa compresión como aparato burocrático de dominación, derivando en un culto cuasi-religioso que cumple una función de cohesión social necesaria para reproducir el sistema de dominación del hombre sobre el hombre, en que está basada la sociedad actual, culto que hoy alimentan derechas e izquierdas, hacia ese supuesto e idílico reino de la libertas, tierra prometida que al parecer será monárquica.
Siguiendo a Sacristán podemos aceptar que una concepción del mundo es un saber en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Pero estas “afirmaciones acerca del mundo físico y de la vida y esos códigos de estimación de conducta” derivan de las distintas formas de entender el mundo, y una de ellas, la mas sistemática quizás, es la científica. Por otra parte, esos principios tienen un carácter de inspiradores de la investigación, de criterio guía de lo que se investiga. Consecuentemente la disección y separación entre concepción del mundo como un no-saber y ciencia como conocimiento, es más un esfuerzo analítico y teórico que un problema real. El objetivo final de la ciencia, pues, también constituyen una concepción del mundo, ya que se nutre de los sistemas de ideas vigentes para construirse.
Se puede afirmar que en la ciencia lo importante es el método. Los resultados de la ciencia, su visión presente de cada parcela de la realidad, no son más que un esquema provisional, una verdad relativa. El método científico no sólo nos ofrece la posibilidad de un esquema en un momento dado, sino, asimismo, los instrumentos para poder sustituirlo por el esquema sucesivo, es decir, en su proceso permanente de reelaboración, el método es la base acumulativa en la que se asienta el desarrollo científico, aún en las fases revolucionarias, en los saltos históricos, que en realidad derivan mediatamente de su propio proceso de restructuración. En otro orden de cosas, la operatividad del método científico estriba en que habrá que reflejar la forma de movimiento de lo real, y tal objetivo no es más que el de la ciencia como búsqueda de la verdad. Por tanto, la ciencia asienta su desarrollo sobre la base de un método en constante proceso de transformación.
Pero el método tampoco es ajeno a la ideología, sino que esta, tal y como dijo Schumpeter ”tiene amplias puertas para penetrar en el proceso científico". Desde la etapa pre-analítica hasta la refutación o falsación popperiana, la ideología impregna todas las etapas de la investigación y todas las formas expositivas a ella ajenas.
Actualmente se aceptan cuatro etapas de investigación: descripción, clasificación, explicación y verificación, utilizándose alternativamente tres modos de inferencia: deductivo, inductivo o inductivo-probabilístico y reductivo. La ruptura de este consenso, se centra fundamentalmente en el énfasis concedido a cada fase en relación con las demás, lo que da lugar a las distintas corrientes metodológicas y que, en gran parte, deriva del distinto objeto de estudio de cada parcela de la ciencia.
La investigación abarca todo el proceso del conocimiento científico, la exposición solo es posible cuando culminamos la primera etapa de investigación. Esta consistirá sencillamente en el proceso dialéctico que, partiendo de una formulación teórica del problema y de sus coordenadas teórico prácticas, permita la realización de un análisis empírico de la realidad objetiva que nos conduzca ala formulación de una hipótesis que explique la totalidad de los hechos de forma lógica y coherente. Sólo después de superar esta labor será posible llegar a exponer científicamente, al tiempo que los procesos deductivo-inductivos interrelacionados, la lógica y  la contrastación nos permiten reformular la hipótesis primaria, enriquecerla y acercarla a una explicación más científica de la realidad objeto de estudio, es decir, prosigue la investigación en su segunda etapa, en la que ya es compatible con la exposición.  

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